Otro amanecer en el "Bar Sport", donde en la mesa 33 surgen conversaciones intemporales.
- mpesce1962
- 2 nov 2023
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 5 nov 2023
Otro día de trabajo.
Pedro P se levanta temprano, como todos los días, como miles de comerciantes que cada mañana se levantan con la ilusión de un destino mejor, como miles de descendientes de inmigrantes, con el propósito que lo acompaña desde niño, de hacerse cargo de su propia vida, trabajando alegremente en su oficio.
Siempre escuchó decir en su casa que el trabajo eleva y dignifica al ser humano, y así lo tiene asumido.
En la edad media los oficios (por ejemplo el oficio de comerciante) liberaban a las personas. Aquel que tenía un oficio lograba la libertad, nada más, ni nada menos. Se liberaba del yugo del Soberano y su Corte. Sería muy interesante profundizar sobre el origen de los oficios, pero quedará para otro día.....
Existe un escrito anónimo que dice "mantén el interés en tu propia carrera u oficio, por humilde que sea, es una verdadera posesión en las cambiantes fortunas del tiempo....".
Con toda esa enorme carga afectiva, emocional, cultural, que hasta probablemente esté impresa en su genética, cada mañana, Pedro P. va hacia su querido boliche, el que fuera fundado por su padre inmigrante, cuando vino a estas tierras hace casi 100 años.
Pedro llega antes de las seis am, baja las sillas, enciende la máquina de café, enciende la televisión, y en eso !!!!, un informe de la BBC trata de explicar lo inexplicable, la invasión de Hamas a Israel en la franja de Gaza. Para su sorpresa ve imágenes de soldados ingresando y capturando a jóvenes que estaban en un recital. Las imágenes son impresionantes, Pedro P quiere creer que son ficción, pero no es así......
Frente a ésas imágenes, Pedro se sumerge en lo más profundo de su pensamiento.
Sumido en sus pensamientos cavila, cuándo entenderemos - como humanidad - que la guerra es la negación de la razón, negamos precisamente aquello que nos hace humanos. Nos convertimos en bestias.
Cada vez que a un pueblo la razón y la justicia no le bastan o no están de su lado, echa mano a la fuerza, sin medir los riesgos que implica esto, para sí y para los demás. Más en un mundo que está a un botón de desaparecer, y con la explosión del inmenso cascote que nos contiene, desaparece también toda la humanidad.
Y lo que es peor, cómo será la cabecita - el razonamiento - de quién puede pulsar ése botón? Tendrá la imprescindible salud mental para discernir, o será un enfermo psiquiátrico? La humanidad ha tenido a lo largo de los siglos toda clase de lideres. Quiénes están hoy al mando?
Las guerras, los odios, las peleas, con el pretexto de pensar distinto en materia política, o religiosa, o de lo que sea, nos puede llevar a la destrucción.
Qué lindo sería que el hombre pudiera alcanzar el sentido de una identidad con sus semejantes y juntos podamos encontrar un propósito superior de vida, por encima de guerras, odios y creencias, que haga posible conciliar las diferencias, respetando los principios esenciales de la razón humana. Estamos mejor que hace siglos, pero cada tanto, retornamos a la barbarie.
Hola Segundo!!!!!, ensimismado y ciego en mis pensamientos no te vi ni oí entrar, supongo hoy se citaron en la mesa 33 con tus contertulios, con todo lo que está pasando!!! Justo estaba pensando en ése informe de la BBC ........ y quiero que me digas qué te parecen mis pensamientos.
Segundo entra al Sport, como siempre, con sigilo. Es un ritual, se aproxima lentamente en dirección a la mesa 33 mientras observa y escucha a Pedro P, inmerso en sus cavilaciones. Sabe que ahí está la consigna del día, el disparador para el intercambio de los contertulios.
-¡Pedro! ¿Cómo va? Menudo tema has tirado sobre la mesa. A modo de sinopsis se me ocurren dos sentencias: en primer lugar, todo está relacionado; y segundo, este asunto no tiene solución.
Veamos. Con anterioridad hicimos referencia al arte de vivir y al misterio de la muerte, a la angustia de sabernos mortales, a los sesgos y creencias que nublan la razón, a la valentía de ir para adelante a pesar de los miedos…en definitiva, la búsqueda de sentido, de un propósito para vivir.
Esto lo traemos de nuestros padres, representado en el viejo divino que fundó este boliche. Ahí está impregnada la visión occidental del arte de vivir, los principios que se nutren en la filosofía griega, en las creencias religionsas que vienen de Egipto, y en el derecho romano. Y a través de ese cristal observamos, tratamos de entender y juzgamos la perspectiva fundamentalista musulmana. Pero ¿la entendemos?
Voy a evocar un hecho, a mi juicio, esclarecedor. Un niño palestino era llevado por su madre a un hospital judío para tratarle una enfermedad crónica que amenazaba su vida. Cuando ya estaban disfrutando del éxito terapéutico, un médico israelí le pregunta qué soñaba para el futuro de su hijo; a lo que contesta: deseo que se convierta en un mártir matando judíos. ¿Puede ser esto posible? Desgraciadamente la respuesta es sí. Rotundamente sí. Ni bien nacen, son programados para morir. La muerte es el pasaje a la vida eterna, es el pase a la felicidad. Todo comienza con la purificación divina a través de la muerte. Para ellos la muerte no es un misterio, la desean como mártires, pues ese es el inicio. Lo que viven antes es miseria, acumulación de odio, que se vuelca en el instante sublime que se lleva la ansiada vida de otros, a través de la muerte liberadora del ejecutante.
Como contraparte, nosotros celebramos la vida, y sabernos mortales nos angustia. Nos genera incertidumbre. Y hacemos todo lo posible para evitarla. El encuentro con ella es el final, no el comienzo. Estamos en las antípodas, y en posiciones irreconciliables.
Por esto, cuando las dimensiones tiempo/espacio de estas civilizaciones antagónicas se cruzan, sucede lo inevitable. Y para mi humilde opinión, no tiene solución. Sucede así desde que el mundo es mundo.
Lo más terrible es lo que sucede entre nosotros, quienes estamos del lado occidental del planeta. Porque de este lado compartimos los principios fundamentales de preservación de la vida, pero los intereses, conveniencias, egos insaciables e ineptitud emocional, son determinantes de conflictos incesantes que mantienen una guerra incomprensible en Ucrania, o, a otro nivel, individuos que marcan las casas de judíos en ciudades tan progresistas como París, o la persecución de minorías étnicas, etc. Ocurre algo similar con lo referido a las civilizaciones antagónicas. Existen fundamentalistas, con sentimiento de pertenencia a grupos de afinidad, que funcionan como tribus urbanas, pandillas, en fin, un comportamiento de manada, o más bien, de jauría. Y si lo trasladamos a las redes sociales, ocurre algo similar, con un arma implacable como son las palabras, desde el anonimato, sin los filtros de la razón y volcando sentimientos mayoritariamente negativos.
Estoy deseando que entre un optimista para ayudarme a mitigar estos pensamientos oscuros…No se…Al final de cuentas, un pesimista es un optimista bien informado.

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